martes, 1 de diciembre de 2009

Manu Chao


Canturrea fronteriza la utopía asalariada, y en la garganta de Manu respira su anónimo acezar. Cada vez que nos visita, se nos quita un poco la soberbia . Porque Manu le canta a la historia y la hace llorar. Porque Manu recita la historia y la hace bailar. Y entonces, los aplausos se confunden con el estallido de la música. Que hora son mi corazón, cantaba suave, como si en su boca se juntaran todas las horas del mundo, todos los minutos del mundo, campaneando la injusticia en su letánico rockear.